Las más de las veces, para entrar a estudiar un MBA, debes ser un crack académico, tener cierta experiencia basada en resultados en empresa, una buena financiación y, con mucha mucha mucha suerte, alguna responsabilidad solidaria con la sociedad.
Ahora las escuelas se apresuran a impartir Ética Empresarial como asignatura - como si fuera posible alterar en un aula los principios que cada estudiante trae de casa. ¿Posible? Tal vez. Pero cuestiono su efectividad. Pregúntale a los profesores de Humanidades - muchos andan horrorizados por la banalización de la Filosofía como una aplicación mercantil(ista).
Tres propuestas para esas Escuelas de Negocio:
- Determinar qué es una empresa responsable social y medioambientalmente. (Lo siento por lo de 'maximizar el valor del accionista'. Ya hemos visto por las bravas que el dinero no se come).
- Seleccionar a candidatos con criterios adicionales de integridad moral propia, preguntándole en los procesos de admisión ejemplos concretos acaecidos en su vida y que puedan o no avalar su integridad frente a los principios que la Escuela quiere inculcar.
- Juramento Hipocrático empresarial - al igual que en las Facultades de Medicina.
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