El dicho está claro: 'no importa tanto qué sepas hacer, sino a quién conozcas'.
Cuando empecé trabajando por cuenta ajena en Recursos Humanos, solía tener un prejuicio contra todos aquellos 'enchufados' cuyos CVs caían en mis manos con la orden expresa de mi entonces jefe de contratarlos tras una entrevista, digamos, 'ficticia'. (Los conflictos que tuve con él a raíz de este tipo de prácticas le animaron a buscar a alguien algo más 'dócil'... Pero ya hablaremos de eso otro día).
Mi prejuicio en cuestión es que todos esos 'enchufados' eran unos vagos cuya falta de capacidad requería de 'papá', 'mamá', o de aquel tío lejano que era vicepresidente de no-sé-qué multinacional para 'ayudar al niño'.
Y sí, ciertamente, hubo unos cuantos de esos, algunos con apellidos particularmente ilustres.
Pero, sin embargo, también hubo profesionales excepcionales que tan solo necesitaban ese empujoncito para situar su CV en la parte superior de la pila de candidaturas y que luego resultaron ser tanto o más competentes como el que más.
Entre las personas a las que preparo para encontrar mayor éxito financiero/profesional, hay quienes prefieren mantenerse por la vía del trabajo por cuenta ajena y que, para encontrar mejores empleos, insisten en sacarse más masters, cursos y cursillos lo cual, francamente, es muy útil. Sin embargo, también preparamos conjuntamente estrategias de networking y generación de contactos de valor para potenciar con ellos situaciones de cooperación yo-te-ayudo-y-tú-me-echas-un-cable que pueden ser más efectivos a veces que el más caro de los masters (a donde, por cierto, se dirigen muchos estudiantes no tanto por el temario, sino por la red de antiguos alumnos que puede ofrecer la escuela de negocios). Los mejores o únicos trabajos NO aparecen solo en los periódicos del domingo en la sección salmón. Hay que moverse.
Y no solo para encontrar mejor trabajo. Acabo de volver de un viaje en EEUU en donde me han ofrecido participar en un desarrollo inmobiliario de alto retorno y riesgo moderado (político) en cierto país del continente. (Para los realmente interesados: mínima inversión, 50.000$; ROI superior al 40% en un par de años; para más info, mandadme un email). No es el tipo de inversión que tampoco se encuentre publicado en el periódico del domingo.
Por cierto, me sigue intrigando en aquel país (EEUU), lo activos y poderosos que son los lobbies, una especie de institucionalización de los grupos de presión (un buen amigo lo tilda de 'oficialización de la mordida') que determina las directrices del país más poderoso del mundo. Una vez comprendida la filosofía que hay detrás, se puede o no estar de acuerdo o juzgarlo. Pero lo cierto es que, a los miembros de esos lobbies, les funciona ejercer su influencia (networking) con el político de turno y, este, a su vez, se ve beneficiado igualmente.
Como todo, muestra su lado oscuro (corruptelas varias), pero, bien ejercida (ganar-ganar), y como animales sociales (zoon politikon, Aristóteles) que somos, no es que sea importante el desarrollo de relaciones de valor, sino que es fundamental para alcanzar lo que se aspire: un mejor puesto, un equipo para lanzar una empresa, un buen compañero de viaje.
Hay un dicho en África que dice: 'viaja más rápido el que viaja solo; pero viaja más lejos el que va acompañado'.
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