Tener una Misión, un Propósito en esta vida no es lo mismo que tener objetivos.
La Vida no consiste solo en ir alcanzando metas, hitos: estos, a menudo, demasiado, no se consiguen. Pero la Vida, sí, permanece mientras continuamos respirando.
No llegar a puerto a la primera, a la segunda o a la enésima no quiere decir que haya que abandonar la empresa: quizás la nave sea inadecuada, quizás haya tormentas, marineros que se asustan, fuerzas que tiemblan, dudas que aletargan.
Por eso: antes de empezar definiendo a qué puerto llegar –que es lo que hace todo el mundo con demasiada prisa para lograr y demasiada calma para pensar- construye un navío sólido.
Entrénate para ser el mejor comandante que la gobierne.
Y será entonces, solo entonces –
Cuando serás imparable.
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