Muchas veces lo que alguien necesita realmente es un mentor, no un coach.
El primero enseña a un aprendiz hasta el nivel de un fuera de serie en una disciplina muy concreta de las artes, las ciencias, la economía. Es una relación de años.
El segundo facilita a un cliente la toma de elecciones efectivas en la vida. La relación no suele superar un año como mucho.
Hay varios problemas que hacen que la elección entre mentor o coach lleve frecuentemente a escoger erróneamente:
1) Un buen mentor es un auténtico Maestro en su campo. No hay mentores 'malos'.
Para ser un buen mentor no hay título acreditativo y se necesitan décadas para ser extraordinario.
Para ser coach, se puede obtener un título en semanas -- si no días.
2) En España (a diferencia de, por ejemplo, EEUU) no hay ya casi cultura de 'aprendices': se considera, quizás por pudor o por arrogancia, 'inferior' el que alguien guíe a otro una vez se es adulto. Mucho tiempo y c*gadas por el camino se ahorraría uno si se dejara (bendita fortuna) 'tutorizar' por un mentor excelente.
3) Paralelamente, no hay tantos ultra-especialistas que deseen compartir lo que saben para devolver a su sociedad el éxito que esta les entregó: hay que ser muy generoso y tener muy alta autoconfianza para elegir a un aprendiz a quien guiar hasta que este levante el vuelo solo.
Lo que inquietaría de todo esto es:
¿Acaso necesitamos muchos, muchísimos más mentores que coaches para una mayor prosperidad de individuos y sus tribus?
Pero esto llevaría años de preparación -- y solo hay una escuela sólida de mentoring:
La que da las miles de horas de excelencia tras cometer docenas de errores sobre el terreno, embarrándose las manos.
Muchas equivocaciones para las que hay que ser muy valiente para encararlas.
Todos los mentores tuvieron ese coraje.
Pero ¿y los coaches?
El primero enseña a un aprendiz hasta el nivel de un fuera de serie en una disciplina muy concreta de las artes, las ciencias, la economía. Es una relación de años.
El segundo facilita a un cliente la toma de elecciones efectivas en la vida. La relación no suele superar un año como mucho.
Hay varios problemas que hacen que la elección entre mentor o coach lleve frecuentemente a escoger erróneamente:
1) Un buen mentor es un auténtico Maestro en su campo. No hay mentores 'malos'.
Para ser un buen mentor no hay título acreditativo y se necesitan décadas para ser extraordinario.
Para ser coach, se puede obtener un título en semanas -- si no días.
2) En España (a diferencia de, por ejemplo, EEUU) no hay ya casi cultura de 'aprendices': se considera, quizás por pudor o por arrogancia, 'inferior' el que alguien guíe a otro una vez se es adulto. Mucho tiempo y c*gadas por el camino se ahorraría uno si se dejara (bendita fortuna) 'tutorizar' por un mentor excelente.
3) Paralelamente, no hay tantos ultra-especialistas que deseen compartir lo que saben para devolver a su sociedad el éxito que esta les entregó: hay que ser muy generoso y tener muy alta autoconfianza para elegir a un aprendiz a quien guiar hasta que este levante el vuelo solo.
Lo que inquietaría de todo esto es:
¿Acaso necesitamos muchos, muchísimos más mentores que coaches para una mayor prosperidad de individuos y sus tribus?
Pero esto llevaría años de preparación -- y solo hay una escuela sólida de mentoring:
La que da las miles de horas de excelencia tras cometer docenas de errores sobre el terreno, embarrándose las manos.
Muchas equivocaciones para las que hay que ser muy valiente para encararlas.
Todos los mentores tuvieron ese coraje.
Pero ¿y los coaches?
Yo estoy en el camino de ser Coach, y cuando estoy listo de dar el paso, siento que me falta aprender un poco mas.
ResponderEliminarAmigos me dicen que seria un buen Coach pero tengo la sensación de que preciso aprender mas para dar ese paso
Beneficio comercial o enseñar consecuente con mis valores. Sentí que quiero un poco de cada una
Saludos a todos
Alvaro Fuentes
Hola Álvaro,
ResponderEliminarSí, en efecto: se suele saber cuándo se empieza a estudiar coaching... pero nunca cuándo se acaba: hay tantos avances, tan frecuentes, en psicología, neurociencias, etc. que hay que estar permanentemente actualizándose.
Mucho éxito con ello!
Gracias por tu comentario -
Un abrazo,
G.
No creo que una disciplina supla a la otra. Si bien el mentoring cuenta con la experiencia, también es más directivo. Creo que el Coaching crea un sentimiento de responsabilidad más potente en el cliente, ya que es él quien define sus objetivos y cómo alcanzarlos.
ResponderEliminarA mi entender hay un momento para cada herramienta, siendo las dos realmente útiles y potentes.
Por cierto, no se tú, pero yo no me pondría en manos de un coach que se crea tal después de haber estudiado "Coaching en una semana" o algo por el estilo.
Un saludo!
Hola Jesús!
ResponderEliminarCoincido y discrepo en algunas cosas:
Coincido en que no deben necesariamente sustituirse -- más bien al contrario, encuentro que cuando se complementan, el resultado suele ser espectacular (a largo plazo). Mientras el coaching alinea, el mentor acelera.
Discrepo (tangencialmente) en otorgar mayor 'carga de responsabilidad' al coaching (si es que lo he entendido bien!): el mentoree sabe que, antes o después, va a volar solo, debe volar solo, y le van a dejar solo. Su entrenamiento está dirigido a su autonomía, no a hacerle sombra a su mentor indefinidamente. Esto requiere una responsabilidad (por ambos) mayúscula.
En relación al 'coach express', desafortunadamente transmito lo que veo. Personalmente, soy bastante incisivo indagando en la experiencia, y sé que es difícil (como en cualquier profesión): hace falta ganar tablas pero la mayoría de la gente quiere que el coach ya las tenga...
Gracias por comentar!
Un abrazo,
G.
A lo que me refería con mayor responsabilidad es a la que asume el Coachee respecto a los objetivos y la manera de lograrlos cuando el proceso no es directivo, si no que es él mismo el que aporta las acciones que debe llevar a cabo.
ResponderEliminarEstoy más formado en Coaching que en mentoring, así que te agradezco muchísimo las aclaraciones!!! Sigo aprendiendo!!
Saludos!
Un abrazo y buen coaching, Jesús! ;)
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