Pues claro que tienes dudas.
En todo proceso de creación de algo nuevo, todo, por definición, es... nuevo: no existe, no es, no está.
No sabemos si funcionará.
Y nos debilita la duda, la incertidumbre.
Nos asaltan los miedos, los terroríficos escenarios, la hecatombe vital.
Rompe ese límite.
Empuja más fuerte.
De la misma manera que entrenas tu cuerpo hasta el dolor, hasta el punto de resistencia, hasta el punto de agonía para subir, cada día, un punto tu estado físico, es vital doblegar la pereza, el miedo, la resistencia de tu mente.
Descansa si debes -- pero no eternices el descanso con el pretexto del esfuerzo supremo.
Necesitamos tu ímpetu, tu excelencia, tu arte, tu música, tu destreza, tu maestría, los acordes de tu melodía.
No nos los escatimes.
Los fuertes también tienen esos miedos.
No son fuertes porque no los tuvieran.
Ni siquiera son fuertes porque los superaron.
Lo son porque, aún así, continúan hurgando en sus nuevos-viejos miedos, en un nuevo duelo cara a cara diario, en el que o gana o... gana.
Pues no da espacio a que haya otra opción.
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