viernes, 20 de julio de 2012

Recargando

Un masajista deportivo o un fisioterapeuta trabaja sobre los músculos, articulaciones, tendones de otra persona para reencajar cada uno a una posición más alineada con una naturalidad del cuerpo que, sea por trauma (un golpe), o por hábito (una mala postura), había quedado desequilibrada. Si el trabajo está bien hecho, el masajista quedará exhausto pero satisfecho y la otra persona bien dolorida pero también satisfecha. No todo dolor ha de ser malo.

El coach es como un masajista de cerebros: si el trabajo está bien hecho, ambos quedarán doloridos y/o exhaustos... pero satisfechos.

Ha sido este un curso intenso para mí, así que me voy a tomar unos días, quizás semanas, para desconectar/recolocar y volver a llenar mi propio tanque cuya aguja ya apuntaba a 'ojo, recentrar' ;)

Hagan de este el último verano en el que tengan que des-cansar por una labor que no es su arte.

Encuentren el tiempo en estas semanas, no para huir de su (del de otro) trabajo, sino para correr a su (el de usted) misión.

No la busque: constrúyala.

Éxito y bien para allá.

viernes, 13 de julio de 2012

Cómo aplicar recortes (de verdad)

Algunos consejos, gratis por hoy -espléndido que se siente uno- para aquellos que más los necesitan:
  1. Para los megamillonarios del mundo: vengan a España. Merece la pena evadir sus capitales y obligaciones fiscales desde esta tierra. Cuando llegue la cuenta al final de la cena, solo tienen que cantarle el 'cumpleaños feliz' al más bobo y seguro que paga. (Mientras la amnistía fiscal manda el mensaje que está coj bien evadir, Hacienda manda miles de citaciones para que el ciudadano raso demuestre que su casa es... suya: hay que ahorrar en desgravaciones y, oiga, que Bankia no se paga sola).
  2. Ciudadanos del mundo, indignados et al: solo quien es responsable merece libertad. Por eso se ha intervenido a España. ¿Quieren (queremos) libertad sin hacernos cargo de las consecuencias? (Banqueros, descuiden, esto no va por ustedes: sigan apostando al rojo, que la mesa siempre gana. Hagan juego hasta que su megacasino se vaya al infierno).
  3. Gobernantes, aprovechen para leer lo que la psicología recomienda para exprimir con más estilo a sus vasallos, hombre, que es que se está notando demasiado:

    "Un grupo de científicos diseñó un proyecto con el fin de explicar la capacidad de adaptación de los seres vivos (incluyendo la de los humanos) a los cambios provocados en las circunstancias de su entorno; particularmente en escenarios donde las condiciones de vida empeoraban para un sujeto.
    Para la investigación se iba a contar con dos pequeños pájaros criados en libertad, de la misma especie y parecidas características físicas, los cuales serían sometidos a sendos experimentos similares, si bien introduciendo para cada uno ciertas modificaciones.
    Los ensayos permitirían analizar la reacción, el comportamiento y metabolismo de cada ave a medida que fueran alterándose de manera controlada las condiciones ambientales a las que se iba a someter a cada una de ellas.
    Para el primer experimento se introdujo a uno de los pájaros en una urna con un sencillo mecanismo accionado por varios émbolos que permitía extraer gradualmente el aire del interior a lo largo de un período de tiempo específico.
    Según transcurrían los días, el oxígeno fue sacándose paulatinamente del interior de la urna. El pajarillo, en su esfuerzo de subsistencia, iba paralelamente habituándose a sobrevivir a las nuevas circunstancias, respirando una cada vez menor cantidad de un aire progresivamente más empobrecido.
    Pasadas varias semanas, aun cuando seguía decreciendo la cantidad de aire, el animal conseguía seguir adaptándose a las nuevas condiciones impuestas sobre él, reduciendo su actividad y necesidades, y, por consiguiente, el consumo de un aire que estaba agotándose.
    Tras detallar el extraordinario proceso de adaptación del ave, el grupo de científicos lo liberó, recuperándose el animal de su desventura en pocos días.
    Para concluir el experimento, se recurrió al segundo pájaro, al cual se confinó desde el principio dentro de la misma urna que el primero, si bien la cantidad de aire que contenía ésta era la misma que restaba al finalizar el experimento con el primer pájaro – un aire extremadamente enrarecido y escaso.
    Apenas unos minutos después de entrar en la urna, el segundo pájaro murió.
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    De la misma manera, un ser humano es capaz de habituarse prácticamente a cualquier entorno, a cualquier circunstancia – aunque ésta vaya degradándose poco a poco sin apenas notarlo.
    Dicho de otro modo, estamos programados para adaptarnos a 'lo que nos echen', si así lo decidimos.
    El problema aparece cuando la persona es capaz de seguir tragando circunstancias cada vez peores aunque impliquen un riesgo para la salud física o emocional del propio individuo."

    (Extraído de mi primer libro,
    'De Empleado a Millonario').

Vamos, no sean tan severos: nuestros gobernantes nuestros banqueros gobernantes de los bancos necesitan nuestro respaldo y compromiso.

Hagámosles llegar nuestro consejo.

Criaturitas.

miércoles, 11 de julio de 2012

¿Se agota el Coaching?


El primer día de Economía nos cuentan algo que ya veníamos intuyendo solitos de casa, aun sin haberle puesto un nombre tan insigne: la Ley de la Oferta y la Demanda. Por ella, las premisas quedan claras: cuando existe un exceso de oferta de un servicio y una demanda reducida de ese servicio, si se quiere vender hay que disminuir el precio para poder posicionarse... incluso hasta el dumping/gratis total. (Convengo, sí, con aquellos de ustedes que arguyan que estrategias exclusivamente basadas en precio son arcaicas y lo más fácil de hacer. Sean pacientes conmigo.)
 
Admitamos que pueda ser controvertido lo que expongo a continuación. Pero en ocasiones, por rápido que traguemos, el jarabe sigue siendo amargo.
 
En la última década ha habido tal boom de escuelas de coaching, coaches, masters en coaching, ultraespecializaciones desde el coaching para ejecutivos hasta el coaching para bebés (!), tantos y tantos diciendo lo mismo que, parafraseando a un buen amigo emprendedor/empresario, podríamos ironizar que, en este país, la mitad de la gente está en paro y la otra mitad está haciéndoles coaching. (Casi) gratis.

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Cuando aparece una 'nueva' técnica, metodología, disciplina (particularmente con la potencia del coaching), al principio es (re)descubierta, explorada, enmarcada, barnizada, ofrecida por unos pocos locos pioneros que la comparten, la desarrollan y se pelean con un mercado que no acaba de entender esto nuevo. La posicionan hasta que comienzan, por qué no, a vivir de ello.
 
Después llegará, digamos, 'el resto del pelotón': individuos que comienzan a crear escuelas de maestría (pero... ¿se puede enseñar a ser un maestro?) de esta disciplina, certificando, bendiciendo contenidos, creando clubes tú-sí-y-él-no y prácticas a cambio de honorarios en muchos casos cebados con esteroides (¿pagar por trabajar, alguien?). Alta demanda, baja oferta. Dinero fácil. Ético o no, ustedes deciden – este no es un blog de teología.
 
Si el coaching es una moda o está aquí para quedarse lo desconozco. Pero lo que es claro es que el afán por el 'desarrollo de personas' está ahí desde la primera vez que nos bajamos de un baobab hace unos novecientos siglos. No somos tan diferentes a pesar de nuestros iPhones y Facebooks. Tenemos nuestro corazoncito.
 
Este escenario actual en el coaching me recuerda al auge y saturación de los programas MBA. Antes, estos masters conformaban un símbolo de prestigio, de élite, dedicado a unos pocos, para unos selectos candidatos con capacidades propias de un miembro de Mensa, que aprendían una, al menos en teoría, maestría en la gestión de empresas.
 
Desde hace años, tener un MBA no le resuelve la vida ya a nadie. Se ha vuelto una commodity, una mercancía estándar como la barra (cara, eso sí) diaria en la panadería de abajo.
 
De manera análoga, creo que el modelo en el que se asienta el coaching hoy no es viable salvo, con suerte, para el que lo enseña. No necesariamente para el que lo practica.
 
He perdido la cuenta de cuántas personas me piden consejo acerca de dónde, cómo, con quién estudiar aprender coaching. Esto era fácil hace años cuando el número y coste de los programas se convertían rápidamente en una inversión rentable para el nuevo coach.
 
Pero esto ya no es así.
 
Aprobar un programa de coaching no le hace a uno coach al igual que un master en administración de empresas no le hace a uno empresario o un carnet de conducir no garantiza saber conducir: el primero enseña a estudiar y practicar ciertas técnicas y metodologías según los estándares de otros no necesariamente más sabios (sí, el coaching es una disciplina de sabiduría y permanentemente expansiva, de ahí que cada día que pasa, personalmente más compleja la percibo); la segunda muestra los modos de teorizar y matematizar variables intangibles del comportamiento humano (y un mercado cualquiera es lo que refleja, pregunten a los neuroeconomistas); y el tercero le enseña a meter marchas y pisar pedales a la luz del día y, bueno, esperemos que no nieve en invierno.
 
El incremento de coaches en España en los últimos años es descomunal... no así la demanda de estos servicios: una ingente cantidad de coaches que conozco trabajan gratis, sin perspectivas de facturar un solo euro en el futuro próximo o, mucho menos, vivir de ello. Muchos, a pesar de su bagaje y pasión, terminan abandonando el camino para acabar... enseñando un coaching teórico y enlatado al vacío. En serie.
 
A esto se añade un factor que muchos practicantes de coaching comienzan a discernir algo tarde en el proceso... cuando ya han pagado el programa: si bien soy de los que consideran que todos, sin excepción, pueden/podemos emplear el coaching en nuestras propias vidas antes o después (quien no haya tenido alguna vez un bloqueo en sus objetivos, que tire la primera piedra), no todos están hechos para hacer coaching a/con otros. En otras palabras, estudiar coaching siempre es útil, al menos, para aplicarlo en primera persona del singular (yo conmigo mismo, si bien con limitaciones), pero de ahí a emplearlo con terceros es otra historia.
 
Una historia muy seria.

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Dicho esto ¿cuál es el futuro?
 
Excelente pregunta para la respuesta tentativa que anticipo. 
  • La innovación en coaching alcanzará el nanonicho de la superespecialización: no todos pueden estar al lado de los presidentes del Fortune 500 de credo jainista a los que les encante el brécol con salsa hollandaise después de los corn flakes.
  • La inmensa mayoría de los coaches nunca vivirá de su ejercicio. 
  • Habrá pocos coaches, muy pocos, y muy conocidos pero no necesariamente muy buenos presentes en todos los medios sociales habidos y por inventar. Hágase el humo. 
  • Pero habrá una estirpe de coaches sin casi presencia online pero con la reputación única que les precede: al mejor de los neurocirujanos no le hace falta una cuenta en Twitter para hacer sonar su corneta: necesita el tiempo para resolver, no para soplar.
Si le descorazona esta perspectiva, quizás sea porque no le inspire tanto formar parte de estos últimos.

Pero si no es así... Gracias por su maestría.

viernes, 6 de julio de 2012

¿Hace o predica?

Mientras algunos vocean lo que hay que hacer, otros, simplemente, lo hacen.

Cada vez hay más personas que abiertamente comercializan con la aparente habilidad de resolver los impedimentos, obstáculos, retos de otros.

Aquellos podrán aportar input, conocimiento, recomendación, guía, pautas, contactos, clientes y powerpoints en 3D.

Pero no resolución, respuesta, remedio o la salvación eterna.

Aun cuando aparentemente lo hacen, crean un humano dependiente que volverá a necesitar de alguien que le diga lo que tiene que hacer.

Pero como no lo hacen, entonces, por favor, quítense de en medio:

Hay gente que quiere hacer cosas.

No pagar por oír por enésima vez lo que hay que hacer.

martes, 3 de julio de 2012

eBook Coaching y Liderazgo

Para leer o descargarse, gratis y por la face, el eBook del II Congreso Nacional de Coaching y Liderazgo (2012), con una entrada seleccionada mía y de otros autores, aquí.