miércoles, 16 de septiembre de 2009

Oficios ¿o? profesiones.

A través de un familiar conozco el caso de un alemán en EEUU que se está desenvolviendo con soltura a pesar de la crisis. El tipo es de profesión piloto comercial... pero ha sido despedido después de unos años en los que, claro, estaba habituado a percibir un salario particularmente elevado y a pasear su caché urbi et orbe (se liga mucho, dice). Sin embargo, a pesar del varapalo no se ha quedado quieto pues, además, durante años estuvo cultivando una segunda profesión que es la que le está dando de comer hoy en lo que ¿pasa? el temporal económico: es chef, cocinero profesional, vamos, y está dando clase en una Universidad. Él dice que aunque le apasiona la cocina, no le gusta para nada enseñar. Pero... hay que comer y su hipoteca aprieta.

Un amigo de allá me comentó que en cierto país latinoamericano es frecuente que cada individuo tenga una profesión y, además, un oficio... por si acaso las cosas se tuercen: veterinarios que también son hábiles carpinteros; abogados que pueden ejercer de actores; médicos electricistas. De esta guisa, multiplican por dos sus opciones de generar dinero si vienen mal dadas. Inteligente.

viernes, 11 de septiembre de 2009

Liderazgo vs. Jefatura

Nueva (?) acepción de la distinción entre términos. Al menos para mí encaja.

Líder: no es bienvenido en las empresas de otro porque es incómodo. Tiende a decir lo que piensa y a sentirse fuera de lugar nadando en la mediocridad de lo que le rodea. El líder lidera... su propia vida - lo que en términos de dinero no pasa por una nómina. De lo contrario, tendería a pensar que algo seriamente no está funcionando en su vida.

Jefe: en nómina de una empresa que le paga para gestionar los activos de otro. No hace falta, ni importa, que lidere. Manda y punto.

Por eso están despidiendo a tantos líderes magníficos de las empresas para las que trabajaban. Antes me parecía paradójico tanto desperdicio de talento.

Ya no.

jueves, 3 de septiembre de 2009

Niños emprendiendo

Divertidísimo.

Le estoy haciendo 'coaching' (por emplear un término parecido) a una peque de 7 años que va 'a montar una cadena de pizzerías cuando sea mayor'. Ya ha hecho la primera, con el apoyo logístico de una 'mentora' especialista y, la verdad, lo que da de sí el ketchup y el queso emmental rallado.

Después, explicación acerca de cómo comprar a bajo coste, dividir por precio unitario (no ha estudiado divisiones aún en el cole, así que lo hemos pintado en papel con colorines) y vender con un margen razonable.

Le pregunto, '¿y qué puedes hacer con el dinero que te saques por vender tu pizza?'

(Admito que pensé que respondería algo así como 'comprarme un (algo) de princesas').

Pero no.

Me responde: 'comprar más queso y ketchup y seguir probando a hacer diferentes pizzas: hay mucha gente haciendo pizzas y la mía debe tener algo diferente para que la gente me la compre'.

No está mal. Innovación en estado puro.

PD: Aviso para la competencia, tras crash-test número 4: ni la Nutella ni la mermelada casan bien con el ketchup. Seguiremos reportando.