domingo, 13 de diciembre de 2015

Azar, bienestar y felicidad

Si miramos la infinidad de variables que inciden o impactan (algo tan impredecible e indefinible como 'suerte', competición por parte de otras personas, decisiones inefectivas... o desconocimiento de si lo que es 'bueno' en realidad no lo es, o lo contrario), a veces tener o no 'éxito' en algo es casi obra del azar. Hay personas que, trabajando durísimo, no consiguen casi nada; y otros que nacieron con una flor en el c*lo: hagan lo que hagan, todo pareciera irles bien.

Es indiferente. Habitualmente, no todo trabajo duro da lugar a un éxito, pero lo más frecuente es que todo logro significativo venga precedido de un trabajo duro. La fortuna favorece al osado y la suerte es donde se cruzan el trabajo duro con la oportunidad: sin trabajar duro, es imposible identificar cuándo existe esa oportunidad... y aunque la identificáramos, si no nos hubiéramos preparado, no podríamos aprovecharla.

O sea: sigamos trabajando duro... pero en algo que merezca nuestra vida. No tenemos mucho más aquí.

Por otro lado, también es relevante la 'perspectiva' que tenemos acerca de qué es un logro: para un atleta, correr 100 m en menos de 10 seg es un hito; para otro que se ha roto el tobillo, comenzar a caminar de nuevo es un logro. La perspectiva es la que nos permite disfrutar el 'proceso' de avance (el camino paseado, mirando con la cabeza alta a los lados, a las personas que encontramos, atendiendo a posibles desvíos, atajos o retrasos) y no solo el disfrute de llegar a destino. Quizás el truco del bien-estar (y no, 'felicidad', esa que vende Coca Cola y El Corte Inglés) sea un cóctel de varias cosas: satisfacción con el trabajo propio, posibilidad de hacerlo cada vez mejor, realizar tareas lo suficientemente duras como para suponer un reto -pero no tanto que sea inalcanzable-, posibilidad de controlar el propio tiempo... y tener una buena red de cariño, relaciones, en las que apoyarse.


Al final, es lo que nos diremos con 99 años: mereció la pena. No me dejo nada dentro. Estoy orgulloso. Y tener a personas a las que hayamos cambiado su vida a nuestro alrededor. 

El resto -- es redundante.