viernes, 29 de enero de 2016

¿Cómo lidiar con emociones inefectivas?

Quizás la pregunta no sea -necesariamente- si las emociones son (in)efectivas: estas solo 'son', sin más adjetivos, y a menudo 'aparecen' solas - lo queramos o no. [La naturaleza no tiende a malgastar recursos creando emociones que no tengan una utilidad... pero solo si su usuario se molesta en encontrar esas utilidades que les corresponden. Por eso merece la pena -intentar- entenderlas y entenderse a uno mismo en el marco de las mismas]

Lo que sí es (o no) efectivo es cómo *respondemos* a esas emociones (cerebro volitivo, pensante, ejecutivo). Una emoción es una señal de tráfico que indica algo. Nos puede agradar (o no) que sea triangular, roja, azul o cuándo aparezca en la cuneta de nuestro trayecto: pero es solo una señal - y está ahí por algo. Lo que nosotros, conductores, decidimos hacer ante esa señal es lo que determinará que conduzcamos con efectividad (trazando una curva con prudencia, gracias a atender al peligro que esa señal indicaba) o inefectividad (que nos quedemos tirados sin combustible en mitad de la nada, de noche y en invierno por ignorar la información de la señal relativa a la distancia hasta la siguiente estación de servicio).

Un ejemplo. La tristeza es una emoción. Sin más, sin adjetivos. Esta nos puede llevar a un bloqueo extremo hasta el punto que una persona enferme (respuesta in-efectiva a la emoción), o puede llevarle a 'acabar harto de' y comenzar a hacer algo diferente, a tomar las riendas de su situación de una manera diferente (idóneamente, más efectiva). Misma emoción, diferente respuesta elegida.

Otro. El resentimiento. Este aparece cuando la expectativa -una idea imaginada- que tenemos de otra persona no se corresponde con su comportamiento real. Quizás pudiéramos incidir -y solo muy parcialmente- en *su* comportamiento para satisfacer *nuestra* expectativa, pero esta opción suele consumir muchísimo más tiempo y energía (y dolor) que alterar *en primer lugar* nuestra expectativa de esa persona. De este modo podemos sustituir la emoción *sentir resentimiento* por alguien (que dispara la necesidad de venganza o 'justicia', pudiendo escalar un conflicto hasta la violencia) por la de *sentirse decepcionado* por alguien, que es la antesala de dos decisiones muy útiles cuando las cosas dejan de funcionar con esa persona: 1) dejarla marchar; 2) dejarse a uno mismo continuar caminando sin ella. De nuevo: misma emoción, diferente respuesta elegida.

Por último: las emociones no *somos* nosotros, al igual que las señales de tráfico no *son* nuestro vehículo.

Somos seres emotivos y emocionales: nuestras decisiones se toman en primer lugar desde la emoción -subconscientemente- y después las racionalizamos -- o justificamos.

Seremos seres pensantes, sí - pero no necesariamente racionales: depende de cómo decidamos responder a nuestra emoción.

Aunque no nos agrade.


jueves, 28 de enero de 2016

El Cambio Interior [teaser] - Gregory Cajina y Dr. Eduardo Tejedo.

Por fin aquí.

Un fin de semana único.

Lo que nos pedisteis.

Cero humo. 110% de enfoque.

Solo lo que funciona - y nada más:

Experimenta un fin de semana de cambio interior integral ultra-enfocado en las siguientes áreas: 

* Definición de metas poderosas.
* Motivación imbatible -usando los patrones mentales de los atletas de élite-.
* Salud física.
* Sustitución de hábitos inefectivos.
* Comunicación persuasiva.
* Optimización del tiempo y prioridades.
* Mejora de ingresos, y 
* Definición del propósito de vida.

En una sede excepcional, en contacto con la naturaleza, combinando las comodidades más modernas con la cultura y gastronomía locales, la formación es sumamente práctica, empleando dinámicas individuales y grupales dentro y fuera de aula y aprovechando el maravilloso y relajante entorno que brinda la isla de Ibiza.

El Cambio Interior es un programa de trabajo individualizado –por eso los llevamos a cabo solo con grupos reducidos- en el que trabajaremos con usted para definir o pulir áreas de su vida que desea ver mejoradas:

1. Situación financiera.
2. Salud.
3. Carrera profesional/proyecto emprendedor.
4. Desarrollo personal y bienestar.
5. Relaciones personales y comunicación.
6. Gestión de prioridades y tiempo con cero distracciones.
7. Contribución o impacto en su entorno personal.

Información e inscripciones: www.incentivosibiza.com

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Instructores:

Gregory Cajina es Coach master, mentor, facilitador, emprendedor, autor de 4 bestsellers (incluyendo “ROMPE CON TU ZONA DE CONFORT”), primer coach en España y top 50 mundial (IAC, 2003). Ha facilitado formación y coaching a más de dos mil personas en siete países. Asesor de AECOPE y del Foro Europeo de Resiliencia.

Dr. Eduardo Tejedo es Doctor Cum Laude unánime (máxima nota) y Médico especialista en Medicina del Trabajo, Experto Universitario en Coaching, experto en comunicación, psicosociología, profesor de universidad, conferenciante, formador en habilidades sociales, control de estrés, comunicación y promoción de la salud. 


domingo, 24 de enero de 2016

Solo hay un cambio posible... [3 días]

Ya queda menos.
Lo que nos habías pedido.
Ya está aquí.


En Expocoaching - abril 2016

¿Nos vemos en Expocoaching en abril en Madrid? Estaré en la sala de Coaching Educativo, compartiendo experiencias de emprendimiento real con adolescentes :)

¿Toda la info? Aquí.


http://www.expocoaching.net/sala-coaching-educativo/

Por qué la tristeza es (muy) útil

Todos pasan por (y tienen el derecho de) estar tristes en algún momento: la melancolía, a menudo, nos otorga la perspectiva del agradecimiento - uno de los más fundamentales elementos del bien-estar humano.
La tristeza es una emoción que 'duele'. Y el cerebro humano, que no es tonto, tiende a buscar más este placer ('recompensa') que aquel dolor: paradójicamente, incluso aquellos que eligen 'ir de víctimas' se llevan el placer de la compasión y conmiseración de la gente cercana. A fin de cuentas, todo el mundo necesita ser querido - aunque las formas de reclamar ese 'amor' ('me aceptas y aprecias como soy') sean variopintas... y a veces nocivas.
Cuando la vida se vive en permanente melancolía, aparece un momento en el que uno comienza a 'estar harto de estar j*dido': es entonces cuando pueden aparecer dos emociones/decisiones derivadas: 1) la resignación ('es que la vida es así de terrible'), que es una invitación a dejarse continuar abofeteando por ella; o 2) la ira, que, bien canalizada, es el germen de toda revolución, de todo cambio - también en el interior: 'no quiero más de esto *Y* voy a hacer lo necesario para estar bien/mejor'; o sea: el origen de todo progreso vital.
Son estos segundos, los-hartos-de-estar-tristes los que comienzan entonces a tomar las riendas de su vida.
Finalmente: toda emoción 'aparece' sin avisar (dependen de incontables factores: del momento del día, nuestra edad, lo que hemos comido, balance neuroquímico...), pero nuestro cerebro volitivo (en la corteza) está capacitado para *decidir* si queremos continuar estando j*didos.
Como dicen: sentir 'dolor' no es opcional (a todos duele un golpe), pero el 'sufrimiento' ('elegir' rememorar el golpe todos los días con todo lujo de detalles') es absolutamente voluntario.
E inútil.


domingo, 13 de diciembre de 2015

Azar, bienestar y felicidad

Si miramos la infinidad de variables que inciden o impactan (algo tan impredecible e indefinible como 'suerte', competición por parte de otras personas, decisiones inefectivas... o desconocimiento de si lo que es 'bueno' en realidad no lo es, o lo contrario), a veces tener o no 'éxito' en algo es casi obra del azar. Hay personas que, trabajando durísimo, no consiguen casi nada; y otros que nacieron con una flor en el c*lo: hagan lo que hagan, todo pareciera irles bien.

Es indiferente. Habitualmente, no todo trabajo duro da lugar a un éxito, pero lo más frecuente es que todo logro significativo venga precedido de un trabajo duro. La fortuna favorece al osado y la suerte es donde se cruzan el trabajo duro con la oportunidad: sin trabajar duro, es imposible identificar cuándo existe esa oportunidad... y aunque la identificáramos, si no nos hubiéramos preparado, no podríamos aprovecharla.

O sea: sigamos trabajando duro... pero en algo que merezca nuestra vida. No tenemos mucho más aquí.

Por otro lado, también es relevante la 'perspectiva' que tenemos acerca de qué es un logro: para un atleta, correr 100 m en menos de 10 seg es un hito; para otro que se ha roto el tobillo, comenzar a caminar de nuevo es un logro. La perspectiva es la que nos permite disfrutar el 'proceso' de avance (el camino paseado, mirando con la cabeza alta a los lados, a las personas que encontramos, atendiendo a posibles desvíos, atajos o retrasos) y no solo el disfrute de llegar a destino. Quizás el truco del bien-estar (y no, 'felicidad', esa que vende Coca Cola y El Corte Inglés) sea un cóctel de varias cosas: satisfacción con el trabajo propio, posibilidad de hacerlo cada vez mejor, realizar tareas lo suficientemente duras como para suponer un reto -pero no tanto que sea inalcanzable-, posibilidad de controlar el propio tiempo... y tener una buena red de cariño, relaciones, en las que apoyarse.


Al final, es lo que nos diremos con 99 años: mereció la pena. No me dejo nada dentro. Estoy orgulloso. Y tener a personas a las que hayamos cambiado su vida a nuestro alrededor. 

El resto -- es redundante.