En Coaching, uno tiene que andar indagando sobre lo que su cliente no le está diciendo para detectar qué es lo que mueve a la persona. Ya hablé de ello en mi primer libro - y resulta que hay otro motivador igualmente poderoso... o, incluso, más potente:
Aquel que empieza con esas tres mágicas palabras:
'Estoy harto de...' (traducción censurada de, coachee dixit, 'estoy hasta las p*lotas de...')
Qué poderosa fuerza se encierra en, ajem, la mala leche bien canalizada. Algunos la emplearán para despotricar, quejarse (todo el mundo tiene derecho a quejarse un poquito, claro que sí) y pensar que el mundo está en su contra mientras pasan los años...
... otros la emplearán para crear un nuevo escenario donde operar porque, en fin, el mejor modo de salir del lodo no es rebozándose en él.
¿Broma?
Acuérdate de la última vez que diste ese portazo que llevabas tiempo pensando en dar -
Eso es estar harto.
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