Cuanto más hablo con la gente, más se da uno cuenta de la fijación por vender. Todo el mundo vende algo: un CV, un proyecto, una habilidad, una capacidad. Parece que todo debe tener una conversión en dinero para ser valorable por la sociedad.
La saturación de productos y servicios a los que estamos expuestos potencia la creatividad y diferenciarse ya no es una opción suficiente. No importa qué sepas hacer, sino a quién conoces... para vendérselo (si es de calidad, ojo).
Brokers, mediadores, 'lobbistas', agentes, representantes, intermediarios, consejos de administración... son buenas formas de cobrar sin trabajar mucho y añadiendo mucho valor. Una especie de celestinos entre negocios que pueden beneficiarse mutuamente. El intermediario no tiene por que ser un especialista en el producto o servicio, aunque sí conocer sus prestaciones y beneficios.
Ejemplo real: tipo en Londres (conocido hace unos meses) con muchos contactos (celestino/matchmaker), conoce directivos de sociedades de capital riesgo (el novio), a quienes conecta con proveedores de ideas de negocio y emprendedores (la novia). Los presenta. Novio gusta a novia y novia gusta a novio. Se produce la boda (empresarial/inversora) y nuestro celestino cobra por la relación y, si el proyecto tiene éxito, un porcentaje de plusvalía por la venta de la empresa (por el divorcio -amigable, se entiende-).
El tipo anda todavía cobrando sin mover un dedo por relaciones que facilitó hace 2 y 3 años. Ingreso pasivo, que lo llaman.
¿Cómo era eso?: trabaja mejor, no más.
Coaching || Motivación || Emprender || Resiliencia || Mente || Educación || Éxito ||
miércoles, 25 de marzo de 2009
miércoles, 18 de marzo de 2009
¿'El' Sentido de la Vida?
Cuando una hace coaching (o se toma unas cañas con los amigos), y dependiendo de la edad de la otra persona, no es extraño salir de lo profesional y que le acaben preguntando a uno de qué va, realmente, la vida.
'Me han pillado', pienso, 'me han vuelto a pillar sin la bola de cristal'. A ver cómo se encaja eso.
Si uno mira al Universo que le rodea, se puede dar cuenta de que al mundo, en realidad, le da igual lo que hagamos con él... o lo que él 'nos hace' a nosotros. El mundo es indiferente si a una persona concreta le toca la lotería o se le lleva la casa un huracán. El mundo, simplemente, sigue girando. Indiferente. No es ni 'bueno' ni 'malo'. Ni 'justo' ni 'injusto'. El mundo, sencillamente, es.
Los adjetivos son inventos nuestros que afectan nuestro estado emocional (prueba a acordarte de la experiencia más desagradable de tu vida y después de la más excitante – aunque hubieran ocurrido hace 20 años, sin duda las revivirás emocionalmente en este momento, recreando ansiedad o calma, nostalgia o excitación).
Por tanto, si el mundo es, y somos conscientes (y últimos responsables) de nuestros pensamientos, entonces la pregunta acerca del sentido de la vida... no tiene sentido. El mundo gira y gira. Es y es.
Espera... no tan rápido.
El pequeño detalle es que (supuestamente) solo los humanos dentro del reino animal tienen la conciencia (trascendente) de sí mismos lo que, antes o después, activa nuestro mecanismo de búsqueda de respuestas a (qué mal sienta la incertidumbre, demonios) esas preguntas que afloran en nuestro sistema neuronal. Pero si uno no tiene tiempo (o ganas), lo mejor es tirar por la vía rápida: comprar la respuesta pre-congelada de otros... y ahí entonces tendremos una selecta selección de opciones: religiones, banderas, empresas, parejas, familia, equipos de fútbol, periódicos... cualquier entidad externa con tal de evitar la, a veces incómoda, situación de mirar dentro de nosotros mismos. Porque dentro hay cosas que nos gustan de nosotros. Y otras que, en fin, no tanto.
Entonces... si la conciencia de 'sentido' de la vida es un pensamiento intrínsecamente humano y el mundo, sencillamente, es – entonces no parece tener mucho sentido pasarnos la vida buscándonos a nosotros mismos esperando un acto de revelación de nuestro entorno.
Si nuestra responsabilidad no es por tanto, encontrarnos...
... entonces será, tal vez, crearnos. Inventarnos. Diseñarnos. Modelarnos. Molarnos por lo que hacemos de nosotros.
Y, ahora sí, mirando a nuestro entorno. Y a nuestro interior.
Probaré a responder esto la próxima vez que vaya de cañas.
Es una manera más de crearse.
'Me han pillado', pienso, 'me han vuelto a pillar sin la bola de cristal'. A ver cómo se encaja eso.
Si uno mira al Universo que le rodea, se puede dar cuenta de que al mundo, en realidad, le da igual lo que hagamos con él... o lo que él 'nos hace' a nosotros. El mundo es indiferente si a una persona concreta le toca la lotería o se le lleva la casa un huracán. El mundo, simplemente, sigue girando. Indiferente. No es ni 'bueno' ni 'malo'. Ni 'justo' ni 'injusto'. El mundo, sencillamente, es.
Los adjetivos son inventos nuestros que afectan nuestro estado emocional (prueba a acordarte de la experiencia más desagradable de tu vida y después de la más excitante – aunque hubieran ocurrido hace 20 años, sin duda las revivirás emocionalmente en este momento, recreando ansiedad o calma, nostalgia o excitación).
Por tanto, si el mundo es, y somos conscientes (y últimos responsables) de nuestros pensamientos, entonces la pregunta acerca del sentido de la vida... no tiene sentido. El mundo gira y gira. Es y es.
Espera... no tan rápido.
El pequeño detalle es que (supuestamente) solo los humanos dentro del reino animal tienen la conciencia (trascendente) de sí mismos lo que, antes o después, activa nuestro mecanismo de búsqueda de respuestas a (qué mal sienta la incertidumbre, demonios) esas preguntas que afloran en nuestro sistema neuronal. Pero si uno no tiene tiempo (o ganas), lo mejor es tirar por la vía rápida: comprar la respuesta pre-congelada de otros... y ahí entonces tendremos una selecta selección de opciones: religiones, banderas, empresas, parejas, familia, equipos de fútbol, periódicos... cualquier entidad externa con tal de evitar la, a veces incómoda, situación de mirar dentro de nosotros mismos. Porque dentro hay cosas que nos gustan de nosotros. Y otras que, en fin, no tanto.
Entonces... si la conciencia de 'sentido' de la vida es un pensamiento intrínsecamente humano y el mundo, sencillamente, es – entonces no parece tener mucho sentido pasarnos la vida buscándonos a nosotros mismos esperando un acto de revelación de nuestro entorno.
Si nuestra responsabilidad no es por tanto, encontrarnos...
... entonces será, tal vez, crearnos. Inventarnos. Diseñarnos. Modelarnos. Molarnos por lo que hacemos de nosotros.
Y, ahora sí, mirando a nuestro entorno. Y a nuestro interior.
Probaré a responder esto la próxima vez que vaya de cañas.
Es una manera más de crearse.
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lunes, 16 de marzo de 2009
Compartir Trabajo (Respondiendo a la Crisis III)
El Gobierno resuelve (es una forma de hablar) la famosa crisis financiando a los mismos bancos que la han creado. A ver, que lo entienda: ¿estamos nosotros (¡nuestros impuestos!) re-financiando a los mismos bancos que ahora nos deniegan créditos, hipotecas, préstamos, factorizaciones, etc. y que han crecido tan inmensamente merced a las comisiones que hemos pagado religiosamente en los últimos años?
Increíble.
Y, encima, se sigue destruyendo empleo. Para algunos empresarios, puede ser la excusa perfecta para hacer limpia, sin duda. Pero para otros, despedir es un severo problema en todos los sentidos: profesional, financiero, personal, laboral.
Estoy viendo en varios países de la Europa más europea (disculpas por el cinismo) que han comenzado a aplicar medidas aparentemente más constructivas. En la industria automovilística, por ejemplo, se han reducido las jornadas de trabajo de 40 horas a 32 horas semanales (para reducir producción). A cambio, el Gobierno 'paga' ese 20% de salario semanal no productivo. De manera temporal, claro. Mientras dure dura (la crisis). Por de pronto, se reducen así los despidos: se sigue dando de comer a miles de familias (y ergo, pueden seguir consumiendo para no paralizar del todo la Economía - es cuestión de confianza en el mercado).
Tiempo compartido, que lo llamaban en la Facultad: en lugar de contratar una persona a tiempo completo, con salario fijo e indefinido (que, con la normativa laboral que tenemos, le da miedito hasta al empresario más temerario), se pueden contratar dos personas, a tiempo parcial, y como freelance.
No seamos puristas ni reivindicativos, que con huelgas y protestas no hacemos mucho. A veces es necesario ser flexibles y creativos. Quien sabe si uno descubre una nueva vocación como agente libre.
Increíble.
Y, encima, se sigue destruyendo empleo. Para algunos empresarios, puede ser la excusa perfecta para hacer limpia, sin duda. Pero para otros, despedir es un severo problema en todos los sentidos: profesional, financiero, personal, laboral.
Estoy viendo en varios países de la Europa más europea (disculpas por el cinismo) que han comenzado a aplicar medidas aparentemente más constructivas. En la industria automovilística, por ejemplo, se han reducido las jornadas de trabajo de 40 horas a 32 horas semanales (para reducir producción). A cambio, el Gobierno 'paga' ese 20% de salario semanal no productivo. De manera temporal, claro. Mientras dure dura (la crisis). Por de pronto, se reducen así los despidos: se sigue dando de comer a miles de familias (y ergo, pueden seguir consumiendo para no paralizar del todo la Economía - es cuestión de confianza en el mercado).
Tiempo compartido, que lo llamaban en la Facultad: en lugar de contratar una persona a tiempo completo, con salario fijo e indefinido (que, con la normativa laboral que tenemos, le da miedito hasta al empresario más temerario), se pueden contratar dos personas, a tiempo parcial, y como freelance.
No seamos puristas ni reivindicativos, que con huelgas y protestas no hacemos mucho. A veces es necesario ser flexibles y creativos. Quien sabe si uno descubre una nueva vocación como agente libre.
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sábado, 14 de marzo de 2009
Directivos de Alquiler (Respondiendo a la Crisis II)
Empresa: reduce costes fijos y se puede llevar el mejor talento del mercado.
Directivo que quiere ser dueño de su tiempo: gana flexibilidad y tiempo, contactos y clientes, experiencia y maestría.
Interim Management: contratar directivos especialistas a un primer nivel de Dirección (Comité), segundo nivel y/o mandos intermedios. Si funciona, se sigue quedando (renovación del contrato mercantil). Si resulta ser necesario su puesto, se le puede ofrecer un contrato laboral (es como un proceso de selección de 3-6-9 meses). Otra cosa es que lo acepte...
Las dos partes maximizan su retorno: la empresa reduce costes fijos - el puesto no se consolida en plantilla; y el directivo puede ganar más dinero al mes, mientras, además, le permite encontrar otros clientes.
Esa es la tendencia. Ya funciona, y muy bien, en EEUU, Reino Unido y Holanda. (Mientras trabajaba con uno de estos managers en Londres hace unos años, un tipo muy bueno - un crack, vamos - el tipo vivía como un sultán. Curraba como el que más - y lo cobraba- : pero desconectaba cuando quería... 2-3 meses de vacaciones al año).
Reducir costes en la crisis es, relativamente, fácil. Invertir para crecer es lo magistral. La creatividad diferenciará a las empresas que sobrevivan.
Directivo que quiere ser dueño de su tiempo: gana flexibilidad y tiempo, contactos y clientes, experiencia y maestría.
Interim Management: contratar directivos especialistas a un primer nivel de Dirección (Comité), segundo nivel y/o mandos intermedios. Si funciona, se sigue quedando (renovación del contrato mercantil). Si resulta ser necesario su puesto, se le puede ofrecer un contrato laboral (es como un proceso de selección de 3-6-9 meses). Otra cosa es que lo acepte...
Las dos partes maximizan su retorno: la empresa reduce costes fijos - el puesto no se consolida en plantilla; y el directivo puede ganar más dinero al mes, mientras, además, le permite encontrar otros clientes.
Esa es la tendencia. Ya funciona, y muy bien, en EEUU, Reino Unido y Holanda. (Mientras trabajaba con uno de estos managers en Londres hace unos años, un tipo muy bueno - un crack, vamos - el tipo vivía como un sultán. Curraba como el que más - y lo cobraba- : pero desconectaba cuando quería... 2-3 meses de vacaciones al año).
Reducir costes en la crisis es, relativamente, fácil. Invertir para crecer es lo magistral. La creatividad diferenciará a las empresas que sobrevivan.
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Yes, We Can
Ocho años para sacarse la carrera:
Los años impares, para ahorrar mientras trabaja de barrendero municipal.
Los años pares, para sacarse la carrera - a un año por curso.
Enhorabuena, amigo.
Los años impares, para ahorrar mientras trabaja de barrendero municipal.
Los años pares, para sacarse la carrera - a un año por curso.
Enhorabuena, amigo.
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miércoles, 11 de marzo de 2009
Respondiendo a la Crisis I
¿Hasta qué punto esta crisis es provocada? No me refiero a si la ha creado el efecto dominó de las hipotecas-basura, sino si los medios han contribuido muy mucho a destruir la confianza de la población, del consumidor, del empleado, del empresario... de cada eslabón de la Economía.
¿Quién sale realmente beneficiado de esa destrucción de confianza? Está claro: los inversores y especuladores que están aprovechando para comprar muy barato empresas y activos (inmobiliarios, accionariales) cuyo precio está cayendo y arrinconando a los que se endeudaron en época de cénit de la burbuja por un interés de 'yo también quiero ser rico sin esfuerzo'.
(Un buen amigo suizo, banquero, con empresas de capital riesgo y un Audi de gama alta con chófer a la puerta acaba de quebrar en apenas semanas. Ejemplo práctico de la diferencia entre Economía Financiera y Economía Real).
En cualquier caso, parece claro que los paradigmas de trabajo que teníamos no sirven ya para pensar a largo plazo del mismo modo. Un contrato, aunque sea indefinido, no garantiza ya nada en un mercado en el que contratar una persona ya no consiste en encontrar la aguja en el pajar... sino hallar la aguja en una pila entera de agujas.
Cada vez hay mayor talento, cada vez más preparado, que por la Ley de la Oferta y la Demanda ha de venderse cada vez más barato y competir cada vez de una manera más dura.
Una posible solución: fuentes de ingresos múltiples.
Paradigma antiguo: Una sola fuente de ingresos (nómina), lo más elevada posible.
Paradigma nuevo: Múltiples fuentes de ingresos: diferentes clientes a los que ofertar los servicios propios en lo que se es especialista, freelancing, etc. Diversas fuentes de ingresos menores y riesgo diversificado (¿prefiero vender un proyecto de 1.000€ a un solo cliente o 10 proyectos de 100€ a clientes diferentes?)
Paradigma antiguo: Tiempo libre para el ocio.
Paradigma nuevo: Ocio como fuente de ingresos ('mi ocio es mi negocio').
Paradigma antiguo: Endeudamiento para la vida (préstamos al consumo, hipotecas...).
Paradigma nuevo: Limitar la deuda al máximo. Diferenciar la deuda (para irme de vacaciones, p. ej.) del apalancamiento productivo (para invertir o crear una empresa propia). Mismos dineros, diferente destino: uno esclaviza; el otro busca crear riqueza.
Paradigma antiguo: Vivir un punto por encima de las posibilidades.
Paradigma nuevo:Vivir un punto por debajo de las posibilidades. Sí: apretarse el cinturón en lo necesario. Descremar los costes estériles de nuestra cuenta personal de gastos.
Paradigma antiguo: Supervivencia del más fuerte: intrigas y juegos políticos en las empresas para llegar al sillón de cuero.
Paradigma nuevo: Supervivencia del más creativo y flexible: inventar la propia profesión. Diferenciación del resto de profesionales.
Paradigma antiguo: Pedir trabajo. Mandar CVs a otras empresas para buscar trabajo de lo mismo o parecido (miles de personas potenciales contra las que competir).
Paradigma nuevo: Networking: creación y cuidado de redes sociales cooperativas de trabajo (clientes, asociaciones, socios comerciales, partners de trabajo).
Paradigma antiguo: Incremento de costes fijos mediante contratación laboral (desde punto de vista de la empresa). Muy caro y arriesgado.
Paradigma nuevo: Creación de redes de freelance especialistas en cada una de las áreas de negocio a los que contratar por proyecto. Minimizar costes fijos (estructurales). Outsourcing.
Paradigma antiguo: Formación universitaria como garantía de trabajo (por cuenta ajena). Masters.
Paradigma nuevo: Formación continuada. Más y más formación. Toda la vida.
Paradigma antiguo: Rigidez en la elección de profesión. Peligro de que el 'ego' ('yo ya soy jefe. No puedo ser menos') boicotee la creatividad... o la propia supervivencia laboral.
Paradigma nuevo: Priorizar qué es lo mejor para mi carrera. Flexible. No se caen los anillos por hacer otras cosas y, de paso, enriquece las diferentes perspectivas de la vida y la realidad (diferentes personas, clientes, experiencias).
Paradigma antiguo: Esperar que el gobierno nos saque de la crisis. (Por de pronto, están reflotando los mismos bancos que nos han metido en ella).
Paradigma nuevo: Crear nuestro propio futuro. Confianza. Cooperación (ejemplo: dos grandes ¡competidores! globales del automóvil están compartiendo costes para sortear la crisis).
¿Quién sale realmente beneficiado de esa destrucción de confianza? Está claro: los inversores y especuladores que están aprovechando para comprar muy barato empresas y activos (inmobiliarios, accionariales) cuyo precio está cayendo y arrinconando a los que se endeudaron en época de cénit de la burbuja por un interés de 'yo también quiero ser rico sin esfuerzo'.
(Un buen amigo suizo, banquero, con empresas de capital riesgo y un Audi de gama alta con chófer a la puerta acaba de quebrar en apenas semanas. Ejemplo práctico de la diferencia entre Economía Financiera y Economía Real).
En cualquier caso, parece claro que los paradigmas de trabajo que teníamos no sirven ya para pensar a largo plazo del mismo modo. Un contrato, aunque sea indefinido, no garantiza ya nada en un mercado en el que contratar una persona ya no consiste en encontrar la aguja en el pajar... sino hallar la aguja en una pila entera de agujas.
Cada vez hay mayor talento, cada vez más preparado, que por la Ley de la Oferta y la Demanda ha de venderse cada vez más barato y competir cada vez de una manera más dura.
Una posible solución: fuentes de ingresos múltiples.
Paradigma antiguo: Una sola fuente de ingresos (nómina), lo más elevada posible.
Paradigma nuevo: Múltiples fuentes de ingresos: diferentes clientes a los que ofertar los servicios propios en lo que se es especialista, freelancing, etc. Diversas fuentes de ingresos menores y riesgo diversificado (¿prefiero vender un proyecto de 1.000€ a un solo cliente o 10 proyectos de 100€ a clientes diferentes?)
Paradigma antiguo: Tiempo libre para el ocio.
Paradigma nuevo: Ocio como fuente de ingresos ('mi ocio es mi negocio').
Paradigma antiguo: Endeudamiento para la vida (préstamos al consumo, hipotecas...).
Paradigma nuevo: Limitar la deuda al máximo. Diferenciar la deuda (para irme de vacaciones, p. ej.) del apalancamiento productivo (para invertir o crear una empresa propia). Mismos dineros, diferente destino: uno esclaviza; el otro busca crear riqueza.
Paradigma antiguo: Vivir un punto por encima de las posibilidades.
Paradigma nuevo:Vivir un punto por debajo de las posibilidades. Sí: apretarse el cinturón en lo necesario. Descremar los costes estériles de nuestra cuenta personal de gastos.
Paradigma antiguo: Supervivencia del más fuerte: intrigas y juegos políticos en las empresas para llegar al sillón de cuero.
Paradigma nuevo: Supervivencia del más creativo y flexible: inventar la propia profesión. Diferenciación del resto de profesionales.
Paradigma antiguo: Pedir trabajo. Mandar CVs a otras empresas para buscar trabajo de lo mismo o parecido (miles de personas potenciales contra las que competir).
Paradigma nuevo: Networking: creación y cuidado de redes sociales cooperativas de trabajo (clientes, asociaciones, socios comerciales, partners de trabajo).
Paradigma antiguo: Incremento de costes fijos mediante contratación laboral (desde punto de vista de la empresa). Muy caro y arriesgado.
Paradigma nuevo: Creación de redes de freelance especialistas en cada una de las áreas de negocio a los que contratar por proyecto. Minimizar costes fijos (estructurales). Outsourcing.
Paradigma antiguo: Formación universitaria como garantía de trabajo (por cuenta ajena). Masters.
Paradigma nuevo: Formación continuada. Más y más formación. Toda la vida.
Paradigma antiguo: Rigidez en la elección de profesión. Peligro de que el 'ego' ('yo ya soy jefe. No puedo ser menos') boicotee la creatividad... o la propia supervivencia laboral.
Paradigma nuevo: Priorizar qué es lo mejor para mi carrera. Flexible. No se caen los anillos por hacer otras cosas y, de paso, enriquece las diferentes perspectivas de la vida y la realidad (diferentes personas, clientes, experiencias).
Paradigma antiguo: Esperar que el gobierno nos saque de la crisis. (Por de pronto, están reflotando los mismos bancos que nos han metido en ella).
Paradigma nuevo: Crear nuestro propio futuro. Confianza. Cooperación (ejemplo: dos grandes ¡competidores! globales del automóvil están compartiendo costes para sortear la crisis).
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