lunes, 28 de marzo de 2011

Entrevista 'Coaching para Emprendedores' (II)

En esta parte de la entrevista hablo del ROI (retorno sobre la inversión) del coaching - soy consciente de la discrepancia con otros más puristas acerca del tema.

Pregunta: 'Siendo el factor económico determinante para las personas que van a montar una empresa, ¿qué impacto económico considera que puede tener un proceso de coaching para el emprendedor?'

'El factor económico no es el factor determinante en todos los casos en los que se crea una empresa. Hay factores relativos a la libertad de gestión del propio tiempo, la autonomía de decidir qué productos y servicios ofrecer, la motivación por el trabajo per se, etc. No, el dinero no es lo único que mueve a un emprendedor.

En este sentido, hay impacto del coaching en aspectos económicos y no económicos. Centrándonos en la pregunta, el impacto sobre la cuenta de resultados de un emprendedor es difícil de cuantificar – precisamente dada la naturaleza del trabajo del coach. En otras palabras, un proceso de coaching, pongamos, que se ofrece a un responsable de marketing en una empresa de nueva creación, sin duda incidirá en la determinación de objetivos concretos, plazos, recursos e indicadores de consecución de este responsable. No obstante, la decisión última de llevar a cabo esas acciones depende en última instancia del propio coachee (el individuo), no del coach, ni del proceso de coaching, ni de la persona que contrata al coach.

Por un lado, el individuo es un sistema complejo que aglutina su bagaje genético, sus aprendizajes, experiencias, traumas, sueños, anhelos, creencias, pensamientos... en un sistema razonablemente estable pero que no es omnipotente en las consecuencias derivadas de sus decisiones. Por otro, existe una serie de imponderables (crisis económica, imitación fulminante por parte de competidores, error en la identificación del nicho de mercado, fallos en proveedores de materias primas, etc.) que pueden dar al traste con un proceso de coaching impecable... lo que obliga a volver a la mesa de diseño para analizar y acometer el nuevo escenario que ha emergido.

Una de las grandes controversias en la actualidad es la identificación del ROI de un proceso de coaching. Ciertamente, se ha intentado responder a esta cuestión pues preocupa a las organizaciones que deben ajustar sus presupuestos. No obstante, insisto, se puede calibrar el impacto del proceso de coaching (y no solo del coaching, sino de cualquier variable X) solamente en relación a un conjunto de factores, pero ni estadísticamente, ni científicamente, puede establecerse una correlación perfecta aislando un solo factor. Esto es, no es lo mismo identificar una consecuencia generada por una causa, que generalizar esa consecuencia siempre que aparezca esa causa, ni asumir que una organización es un sistema cerrado en el que se puede aislar, exclusivamente, el impacto de un solo eje de fuerza (el coaching, en este caso). En este sentido, el paralelismo es similar a la identificación del ROI de la formación en el área de Recursos Humanos, el impacto de las decisiones de un CEO en una reestructuración o la influencia de un porcentaje determinado de mayores de 45 años en un Consejo de Dirección: se puede hipotetizar acerca de sus consecuencias, pero no establecer una correlación perfecta.

Por eso, siempre que un coach analiza y ofrece los indicadores de logro a su cliente/coachee, debe matizar esa interacción del coaching en el conjunto de factores que envuelve a la organización – no como indicador unívoco causa-efecto.'

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