jueves, 29 de agosto de 2013

Con quién estamos es cómo somos

:: Se dice que está comprobado que somos la suma de las 5 personas más cercanas a nosotros ::

Discrepo. Si esto fuera así, seríamos cómo envases vacíos que se llenan solo con 5 personas (que, también a su vez, estarían 'vacías').

Salvo réplica zen o físico-cuántica, 5 x 0 = 0

Siempre.

[Por no hablar de la monumental -e injustamente asfixiante- carga que imponemos sobre 5 personas para que co...lmen el vacío que nosotros eludimos llenar. Ni qué decir sobre la presión a la pareja en las relaciones sentimentales monógamas 'de libro' -- lo comentaremos en otra entrada].

Nuestro temperamento es genes (lo que traemos de serie), experiencias, educación (aprendizaje extrínseco) e introspección (reflexión, intrínseco). A ese cóctel añadámosle que, como Sapiens, nuestro cerebro está idóneamente cableado para relacionarnos óptimamente con 150 personas... cada uno de los cuales influye en una mente plástica, maleable [no nos comportamos igual el día del último examen del año que cuando estamos solos en la habitación y nadie nos ve].

Por eso tendemos a seguir y asociarnos a gente que refleja lo que somos nosotros -- reforzando nuestra propia autoimagen. Hay tantas opciones para elegir 'ser' que, lo normal, es pensar que quizás, estemos equivocándonos. Por eso buscamos afirmar (validarnos) a nosotros mismos en función del valor que nos refleje gente pareja a nosotros. Pocos tienen el coraje de asociarse con quien le desvelará aquellas facetas en las cuales (aún) anda muy verde.

Por eso, entre otras, nos cuesta salir tanto de nuestra zona de confort.

Por tanto, para agilizar un cambio, pon la mirada (y asociémonos) con gente que *ya* viva en ese entorno al que aspiremos.

Requiere valor. Humildad. Y el estómago para digerir el vértigo que da tomar conciencia de lo que, aún, nos queda por recorrer.
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