sábado, 11 de junio de 2011

Tener vs. Usar

Tenemos cierta fijación por poseer cosas cuando lo que realmente queremos es tener acceso, usar, esas cosas.

Se puede vivir en arrendamiento, por la necesidad de usar un hogar, sin tener que poseer la propiedad (o que el banco nos posea a nosotros en el proceso). Lo raro, de hecho, es poseer una casa - algo típico en España (aunque haya que pagar hasta un 50% de sobrecargo en la vida de una hipoteca, para gozo de banqueros). Incomprensible financieramente hablando [excepciones: 1) inversión pura para arrendar - no especulativa; 2) adquirir la propiedad a tocateja)].

Cada vez hay más personas que alquilan un coche solo para el fin de semana, que es cuando lo podemos realmente usar (el tráfico entre semana es infernal). No hace falta pagar seguros anuales, gasolina todo el año, repuestos, plazas de parkings mensuales, etc.

Se puede hacer de Onassis alquilando un velero con amigos solo en verano. Sin pagar tasas de atraque y mantenimiento todo el año.

El buceo o el esquí pueden ser deportes de material muy costoso: pagar por emplear el equipamiento solo cuando se usa es mas práctico (las botellas con aire comprimido y las máquinas que las llenan no son precisamente lo que uno almacena habitualmente en el trastero).

La ropa y demás utensilios para bebés se pueden emplear por los meses necesarios (ya me dirán cuánto tiempo usa un bebé el capazo que cuesta un cuarto del salario medio mensual).

En Barcelona hay parkings de bicicletas: coja una, muy barata por cierto, empléela, y déjela en otro parking en la otra punta de la ciudad.

En todo el mundo hay personas que ofrecen su sofá para que la gente de visita pueda dormir gratis cuando hace turismo a su país.

Las bibliotecas virtuales inter-usuarios serán una realidad en breve. Ya hay vendedores globales que están experimentando con el préstamo de e-books entre sus lectores/clientes de la red... o de la nube.

Nuestra sociedad está hiper-produciendo: en EEUU, particularmente, es asombroso constatar la vastísima cantidad de cosas, alimentos, bienes, que se tiran a la basura aun siendo prácticamente nuevos.

La mentalidad de yo empleo, más que de yo poseo, evita (o reduce) continuar esquilmando los recursos naturales. Nuestras fábricas tienen demasiada capacidad de producir cosas que, sin embargo, nunca podrán ser adquiridas: pero no pueden permitirse detenerse porque perderían dinero.

Por supuesto, en esta filosofía de poseer vs. utilizar, cada vez hay y habrá más contratos mercantiles y menos laborales en trabajos que serán más por proyecto que por misión departamental clásica. ¿Ventajas? los empleadores se llevan el mejor talento y les cuesta menos; los agentes libres (antiguos empleados) cobran más y no se deben a nadie en particular. Capitalizo el talento del individuo (experiencia en el proyecto), en lugar de comprarlo.

Hay infinidad de modelos de negocios nuevos (aún por descubrir - pasen al fondo, hay sitio para todos) basados en el uso - no en la posesión. O en la posesión limitada (compre solo la canción que le guste, no el CD entero que, sorpresa, cuando se oye en casa es infumable; vea un video en streaming sin pagar una prima por la caja o el pellizco del distribuidor).

Como el dinero que, per se, no sirve para nada: no se puede comer ni se puede montar uno encima para ir de vacaciones. Es el uso del dinero lo que lo hace valioso.

Y es el endeudamiento por la posesión de cosas (costosas) que apenas empleamos lo que esclaviza al individuo.

En suma: para el largo plazo el dinero solo debería emplearse para adquirir activos fijos que renten (una propiedad, una empresa adquirida, o una máquina de refrescos), a modo de inversión. Si no, quédese este en activos circulantes.

Es, sí, otro cambio de paradigma, de modelo mental, de modo de vivir.

La pregunta sería entonces ¿estamos dispuestos a reducir (o dejar) nuestra cultura de poseer?

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