Es el brillo de los ojos, es esa pasión que sale por cada poro de la piel, es el tono entusiasmado, el que destila el que una persona embarcada en un proyecto esté realmente comprometida con él.
Aunque las horas de sueño se vean recortadas, el proveedor falle, el cliente no pague a tiempo... como cuando busca inversores o ampliar su cartera de clientes; cuando involucra a otras personas a echar abajo las nuevas ideas que se le ocurren para innovar. Con determinación.
Esa pasión no se puede disimular: arrastra obstáculos y atrae a clientes como abejas a la miel.
No hay nómina que pueda comprar el compromiso de nadie.
Este solo nace de dentro afuera.
¿Con qué está usted, realmente, realmente, realmente, comprometido?
No hay comentarios:
Publicar un comentario