'No tengo tiempo (para emprender)' es lo normal: siempre hay algo que hacer, más urgente, que requiere más premura, inmediata atención.
Cuando se decide cambiar de vida, es necesario un período de tiempo de transición, de habituación: en realidad, sustituimos un conjunto de problemas por otro conjunto de problemas diferentes - que, al principio, coexisten. Hasta que empieza a rendir el negocio, los costes-de-mantenimiento-de-uno-mismo siguen ahí. No conozco a ningún emprendedor que le sobrara el tiempo para hacerlo: simplemente, lo buscó debajo de las piedras - una vez que ya decidió que había que ir hacia adelante.
Sí: sustituimos un grupo de problemas por otros... pero abrazamos unas ventajas que antes no había.
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