jueves, 9 de junio de 2011

No-Víctima

En la Segunda Guerra Mundial, un soldado aliado fue enviado al frente en Europa en pleno invierno. Sus condiciones eran penosas: apenas tenía acceso a alimento o ropa adecuada... mientras balas y morteros se rifaban su vida - día, tarde y noche.

Sin embargo, él aguantaba día tras día el envite gracias a los recuerdos de su novia, quien le esperaba atrás en su país, y cuya foto portaba en el bolsillo del uniforme. Cada noche, si podía, miraba esa foto, cubierta de mugre y barro, y soñaba con el día en que regresara de vuelta a sus brazos. Esa mujer era la razón que le mantenía vivo.

Una mañana, llegó el correo: una breve carta de su novia en la que, sin ribetes, le decía que le dejaba, que había hallado el amor en brazos de otro hombre y que, por favor, le devolviera la foto que le dió al soldado antes de partir al frente.

El soldado, herido en el alma, hizo lo que una persona con coraje y dignidad hace: habló con los compañeros de su tropa a quienes también habían abandonado sus novias y les pidió que le dieran todas las fotos que ya no querían guardar de aquellas mujeres.

Consiguió recopilar quince o veinte fotos, las metió en un sobre y en un trozo de papel escribió rápidamente: 'Ahora no recuerdo quien eres. Por favor quédate con la foto en la que aparezcas tú y devuélveme las demás'.
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Solo hay verdugo si hay víctima. Solo es víctima quien cree que lo es.

Es una actitud.

2 comentarios:

  1. Bonita historia... y con moraleja!!!!
    Conozco a alguien que siempre dice: "Las cosas tienen las importancia que les quieras dar...." y la verdad es que empiezo a creer que tiene toda la razón...

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  2. Ciertamente...

    Hay un texto que dice 'no vemos las cosas como son, sino como nosotros somos' -

    Gracias por tu nota Mertxe!

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