En el nuevo paradigma de trabajo en el que llevamos unos años, cada vez hay más personas que renuncian (no, no es una errata) a un contrato laboral indefinido.
Hacen sus números, sobre todo si a) se han hecho expertos en algo, y b) han hecho buenos contactos (clientes, vamos) mientras trabajaban para jefes.
Y sale a cuenta.
La última penúltima, el pasado jueves. En sus palabras: 'elegí entre trabajar 50 horas a la semana por 2.000€ al mes con contrato laboral o hacer proyectos sueltos (bolos, como los llama) cada mes como freelance de entre 300€ y 1.000€ cada uno - en mi propio tiempo. Sin casarme con una empresa. Sin depender todos mis ingresos de un único empleador. Sin aguantar órdenes. Sin limitación a mi creatividad. Trabajando en mi casa.'
No, definitivamente, cualquier tiempo pasado no es mejor. Está más guapo ahí donde está, calladito - e irreversiblemente pasado.
Las oportunidades que otorgan a) la especialidad en algo necesario (y motivación por seguir aprendiendo); b) la habilidad de generar clientes; c) la falta de interés en pertenecer a una organización de otro; d) un ordenador; y e) Internet, crean tabula rasa para todo el que tiene un legado que dejar en su sociedad.
No le dé más vueltas: este post, sí, era para usted.
Haga sus números.
Su mercado le está esperando.
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