sábado, 14 de abril de 2007

'Conciliación' (¿?) vida laboral - familiar

España es uno de los países con menor tasa de natalidad del mundo (excluyendo la de los que no son oriundos de estos lares) y será uno de los más viejos en 2020. Vista la dinámica laboral (definida en general en las culturas del empresariado por un lado y la de los trabajadores por otro), no es sorprendente.

Tres de las peculiaridades propias de este país que hemos podido constatar en comparación con otros lugares en el aspecto del tema tan sensible de la 'conciliación' vida laboral/familiar:
  • Se trabajan muchísimas horas ('trabajan', no necesariamente 'rinden' o 'producen') hasta muy tarde en cada jornada, lo cual hace imposible estirar aún más las 24 horas de cada día si se quiere tener una familia. Eso de terminar y marcharse a su hora en una empresa en donde se calienta silla hasta tarde suele percibirse muy mal entre compañeros de oficina.
  • Si, aún así, se tiene una familia, el hecho de que un trabajador quiera 'conciliar' está (en general) mejor visto que si el individuo es soltero/no tiene niños. (No es lo mismo la conciliación vida laboral/familiar que la vida laboral/privada. ¿Acaso no es menos necesario que cada individuo tenga su propia vida más allá del trabajo? ¿Se asume acaso que un soltero debe dedicar su vida a su jefe?)
  • En una de mis empresas clientes, había un jefe que expresamente desaconsejaba la contratación de mujeres porque 'dan a luz y luego querrán la excedencia, por lo que habría que contratar y formar a otra persona para luego echarla cuando la empleada decida volver... si vuelve. Muy caro.' Pensé, 'vaya tipo'... hasta que corroboré lo extendida que está esta visión (entre los seminarios que imparto tengo a docenas de clientes mujeres que me confirman esa manera de actuar del mercado laboral).
Handy admitía un error de predicción (que no merma en absoluto su admirable intelecto y capacidad de visión) en su libro 'El Elefante y la Pulga' ('The Elephant and the Flea') acerca de la contraprestación tecnología-tiempo ocioso. En efecto, hace unos años anticipó una suerte de boom tecnológico que facilitaría el que una velocidad endemoniada de nuestros ordenadores (máquinas, tecnología en general) nos permitirían ganar en calidad de vida, al terminar en menos tiempo nuestro trabajo y destinar así el resto de nuestras horas a un mayor ocio.

En efecto, ese boom se ha dado (y se sigue dando), por lo que nos encontramos con que, cuanto más rápidas son nuestras máquinas, procesadores, chips, etc. en menos tiempo podemos terminar un trabajo por el que antes tardábamos 8 horas al día. (Lo cual justifica nuestro enfado si nuestros ordenadores procesan demasiado lentamente... aunque sean la última versión en el mercado).

Handy argumentaba entonces que, llegados a este punto, nos preguntaríamos ¿qué hacer con el tiempo remanente que nos permiten ganar nuestras máquinas?. Fácil respuesta: tener más tiempo de ocio para nosotros.

Sin embargo, lo contrario es lo que sucede cada día: para 'rellenar' esas horas de jornada que quedan ociosas, lo que hay que hacer es añadir más trabajo. Así que, ahora, cuanto más rápidos son nuestros ordenadores, más trabajo tenemos (y más nos llevamos a casa, al tren, al metro, en avión, etc., gracias a aparatos que eliminan los conceptos tradicionales de tiempo y espacio: portátiles, PDAs, 'Crackberries', etc. que nos permiten preparan un informe en mitad del desierto de Gobi y enviarlo por email a la otra punta del globo en segundos).

Si vivimos en una ola tecnológica que dejará atrás las olas industrial y agraria anteriores, por la que los trabajos en oficina de 9 a 6 se convertirán en cosa del pasado, la solución a la famosa 'conciliación' tal vez pase por crear/fomentar una economía de servicios en los que esos servicios se crean y se distribuyen... desde casa. ¿Cuántos millones de horas anuales se ahorrarían en transporte y atascos diarios? ¿cuánta polución por el empleo de coches en esos mismos atascos? ¿cuántos costes en metros cuadrados, electricidad, mobiliario... en las oficinas?

De esa manera, ya no hará falta meterse en megahipotecas para micropisos en zonas urbanas, sino que (como conozco a un buen amigo) uno puede residir (y vivir muy bien) en mitad de la Sierra de Gredos con un móvil y una conexión ultrarrápida a la Web.

En una estadística reciente se apuntaba que un porcentaje significativo de mujeres consideraban 'el tener niños un obstáculo para la carrera laboral'. Es triste. Yo creo que 'la carrera laboral' (o sea, uno de los mecanismos de generar 'Exito Personal/Profesional/Financiero' como encabeza este blog) tal y como está concebida en la actualidad es, claramente, un obstáculo para tener una familia o para que el individuo que no desee formar una familia tenga el tiempo para 'crecer', formarse, desarrollarse... o, simplemente, para hacer lo que le venga en gana con su tiempo libre.

En EEUU, líder en tendencias tecnológicas y empresariales (aunque le duela a los anti-yanquis), las historias de negocios exitosos que se empiezan desde casa se cuentan por centenares.

En España, si dices que trabajas desde casa es que, sencillamente,... no trabajas.

Muchas veces se pregunta '¿qué haces para generar dinero?'.

Tal vez la pregunta deba pasar a ser: '¿Desde dónde haces dinero?'

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