sábado, 16 de enero de 2010

Competencias 'Nuevas'

En una tutoría con un estudiante de RRHH intercambiábamos impresiones acerca de las competencias (habilidades requeridas en un puesto de trabajo para que este sea excelente - así, en resumen... liderazgo, trabajo en equipo, iniciativa y esas cosas).

- 'Hay una competencia que usted no ha explicado en clase', me dice.
- 'Seguramente', respondo, 'dependiendo del autor, hay docenas posibles'.
- 'No, no, de veras - esta seguro que no la ha recogido nadie'.
- (Yo, intrigado - este chico despunta en el área por su pensamiento lateral y a veces con gran persuasión): 'Ilústrenos, señor V.'
- 'Masoquismo'.
- (...) Por un momento, intento figurarme si es 28 de diciembre.
- 'Sí: masoquismo. Te tiene que gustar que te traten mal, que te expriman con la excusa de 'compromiso con la empresa' y que tenga que comportarse uno como realmente no es'.
- 'Elabore', le invito. Ahora sí que estamos hablando.
- 'Es como un dueño a su perro: le entrena para que haga todo lo que el dueño desea a cambio de comida (en esta analogía, un salario). Un dueño que le dice a su mascota: 'siéntate, dame la patita, c*ga en la calle para que lo pise otro y ni si te ocurra ladrarme. ¿Acaso el perro le dice a su dueño que debiera ponerse una cola, caminar a cuatro patas e ir amarrado al cuello?'
- '¿Así piensas?', le tiento.
- '¿Por qué cree que me he matriculado a su módulo de emprendeduría?'

Nuestro señor V. ya piensa así con 22 años del trabajo por cuenta ajena. Qué claro lo tiene.

Que patente se hace identificar a futuros emprendedores... incluso a algunos que todavía no saben que lo son. Qué parecido es el proceso de desvinculación emocional de una nómina y un jefe independientemente de la edad, nacionalidad o cultura.

Esta es la realidad, querido Gobierno: déjense de reformas laborales y faciliten la creación de autoempleo y emprendeduría.

Empezando por los programas educativos. Ya nadie quiere ser perro sin saber a lo que se expone.

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