No, ayudar no es bueno. O, mejor dicho, no es útil: ni para el que ayuda ni para el ayudado.
Las personas que comienzan a iniciarse en el coaching suelen decir que 'ayudan' a otros a conseguir sus resultados.
Error. Cuando oigo esto, oigo problemas.
El coach acompaña a otro en el camino que ese otro recorre para conseguir sus resultados. En el momento en el que comienza aquel a ayudar, deja de ser un coach para ser otra cosa: un consultor, un formador, un guía, un tutor o, peor, un tipo paternalista que cree que su coachee-cliente no va a poder conseguir lo que se propone si no es con la impagable ayuda de un coach.
No. No ayudamos. Si lo hiciéramos, incapacitaríamos a los coachees para ser autónomos (que no independientes, pues los humanos somos de natural tribales), para asumir sus responsabilidades, sus acciones y las consecuencias de las mismas. Si ayudáramos, sobre todo a largo plazo, posiblemente crearíamos una cadena de dependencia emocional que atenazaría a ambos. Si ayudáramos, dinamitaríamos una de las reglas más preciosas que al menos yo, personalmente, valoro: la de cruzar la puerta para irme una vez que el coachee a) ha conseguido lo que quiere; b) está encarrilado a ello y/o c) sabe cómo conseguirlo y tiene la motivación y las herramientas para materializarlo.
Otra cosa son las situaciones urgentes, críticas; las situaciones donde ayudar es la opción, la única.
Pero para rescatar y ayudar no hace falta ser coach.
Tan solo basta algo de empatía.
"¿Me apoyas? Sí" Que dos palabras tan aparentemente similares (ayudar-apoyar) y lo que distan en significados...Gracias por recordármelo
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