Allá que fuimos a cenar. 'Te encantará su historia', me prometieron mis anfitriones. Y no defraudó, no.
Una pareja ya entrada en los 50 regentaba su pequeño restaurante desde hacía una década.
Empezó la idea algo antes: uno de ellos trabajaba para el departamento de compras de una empresa industrial... pero su hobby era cocinar. El otro le animaba a seguir desarrollando ese hobby... sin sospechar que ese hobby acabaría siendo algo más que eso. El primero estaba bastante harto de la rutina corporativa, pues ni le permitía expresar su creatividad, ni ganar más dinero, ni, en fin, 'le tocaba' en el pecho lo que hacía.
Y se lanzaron. Remodelaron su casa de dos pisos. En el de abajo, un restaurante con cabida para 17 comensales - no más. En el de arriba residirían. Hecho.
Se repartieron los roles: uno cocinaría; el otro atendería las mesas. Ambos decidieron formarse con mayor profundidad en cocina y restauración. Hecho.
Les encanta viajar, así que no querían ser siervos de su negocio. '¿Y qué te parecería si abriéramos 9 meses al año, del 1 al 25 de cada mes?', propuso uno. Hecho.
La carta de vinos es casi tan gruesa como un listín telefónico de una pequeña ciudad - decorada a mano. La carta de platos es pintada a mano por ellos mismos, cambiándolas cuatro veces al año, una por estación, año tras año.
Las paredes están decoradas con óleos que ellos mismos elaboran y que también exponen y venden.
El trato, exquisito. La comida, maravillosa - incluyendo su plato 'sorpréndame'... por el que el chef, en efecto, te sorprende con un plato que nunca nadie otro comensal, nunca, ha disfrutado antes.
Toda una experiencia.
Ah, por cierto - ¿que qué tiene que ver esta entrada con la temática de este blog?
Sencillo: perseguir un sueño. Ser feliz. Emprender... y hacer dinero. Y aqui viene la nota menos romántica, más pragmática: a veces, cuando me encuentro con historias similares, me pongo a hacer números (porque, quién sabe, igual la historia tiene cabida en mi blog): esta pareja factura en su pequeño, hogareño, exquisito, acogedor, restaurante, al menos, 9.000€ al mes. Por lo bajo.
Y no quedan reservas para los próximos 6 meses.
Delicioso.
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