viernes, 1 de mayo de 2015

¿Somos todos extraordinarios?

¿Todos podemos llegar a tener una mente extraordinaria, o ya la tenemos y es que no nos damos cuenta?

En el nacimiento de un bebé sano, el cerebro es virtualmente el mismo en cualquier parte del planeta. Lo que se hace con ese cerebro (experiencia, aprendizaje, educación, interacciones humanas, elecciones…) determinará que esa persona acabe siendo un extraordinario diseñador de moda, un letal piloto de combate, un elegante campeón olímpico de esgrima o un brutal dictador. 

Según el investigador Cornish, el ilustre pensador Wittgenstein coincidió en el aula siendo jóvenes con Adolf Hitler en Austria: así, las circunstancias externas son muy importantes para el desarrollo de la mente; pero ante circunstancias parejas, es en última instancia 'qué' hacemos, 'cómo' interpretamos esas circunstancias, las que determinan nuestras elecciones y, por consiguiente, cómo decidimos moldear nuestra mente en nuestra vida. Nosotros, después de todo, somos nuestra mente, y tenemos el poder -y la tremenda responsabilidad- de moldearla cada día en función de lo que leemos, lo que comemos, con quién nos relacionamos o lo que hacemos con nuestro tiempo. 

Y todas esas elecciones son decisión nuestra.

[Del libro #TuMenteEsExtraordinaria ¿Más como esto? 'Me gusta' en Facebook, aquí]


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