martes, 5 de julio de 2011

El fin de la universidad (o casi)

Para ciertas carreras donde tradicionalmente era necesario asistir a la facultad para sacarse un título con el (supuesto) fin de aprender el oficio ya (casi) no es necesario acudir a las aulas en las que a) lo que enseñan quedará (si no lo está ya) obsoleto en cuestión de meses y b) no garantizan (?) ningún futuro laboral con ese título.

Hoy uno puede aprender una serie de disciplinas, de manera autodidacta, y superar en destreza, calidad o habilidad a los que tienen el título oficial universitario de esas disciplinas.

¿Ejemplos?: periodista, fotógrafo, programador informático, diseñador de moda, artista... y, claro, emprendedor.

De hecho, emprender es también una manera de describir la característica común a estos autodidactas que van por libre. De tal modo, escogen no solo la profesión de lo que hacen, sino el camino por el que van a sacar rédito de ello. A muchos les da la sensación de que están caminando por el margen del sistema (el sistema es lo que más atención acapara en los medios), pero, en realidad, son legión.

Y la tendencia es cada vez más creciente.

La universidad está perdiendo su capacidad de enlazar con emprendedores, quienes no encajan con el corsé académico.

Y esto no va a cambiar mientras los gestores de esas universidades no revisen y actualicen la misión de las instituciones que gobiernan.

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