jueves, 3 de mayo de 2007

No lo dudes.

Empieza tu propia empresa. Hoy.

Es muy duro para un entrevistador tener delante a una persona que necesita con premura un trabajo que nadie le quiere dar a pesar de tener un CV inmejorable.

Es más duro saber que, órdenes del jefe, le vas a ofrecer muy poco dinero.

Y, más duro aún, saber que lo va a aceptar.

No, no es una anécdota. Es bastante más común de lo que parece. Cuando una persona busca trabajo, suele pasar por algunos entrevistadores. Por un entrevistador, sin embargo, pasan muchos muchos muchos entrevistados. Y se acaba viendo por donde se mueven los candidatos. Lo que necesitan. Lo que quieren. Cómo van a rendir. Lo que les motiva (de verdad). Y si han sido víctimas del espejismo de la 'seguridad laboral'.

Me he encontrado con docenas de profesionales despedidos, recolocados, 'reestructurados', en organizaciones deslocalizadas, 'adelgazadas', 'optimizadas', etc. Eufemismos que no faltan, pero donde el concepto es el mismo: dejar a una persona sin fuente principal de ingresos.

Cuanto más años tenemos, mejor queremos vivir.
Normal.

Y más nos pagan.
Sí, en teoría, aunque no siempre.

Y más responsabilidad nos dan.
Sí, suele pasar.

Y más seguros estamos con nuestro contrato (especialmente si es indefinido).
No. Rotundamente, no.

La precariedad laboral está aquí para quedarse. Aceptémoslo de una vez. Hay suficiente oferta de talento (conocimientos, experiencias, habilidades) en el mercado laboral como para deshacerse de los 'recursos' (otro eufemismo: personas) caros y sustituirlos por lo más granado (y barato) sin mayor complicación.

No tiene por qué gustarnos.
Simplemente: es lo que hay.

Podemos a) enfadarnos; b) luchar; c) lamentarnos; d) ignorarlo; e) rezar; f) _____
O empezar a velar por nuestro propio trasero (financiero).

Sin embargo...

Hemos seguido órdenes a lo largo de nuestra vida: padres, tutores, profesores, monitores, entrenadores, supervisores, jefes, directores. Todos han sabido muy bien (o no) decirnos qué hacer (y, en el peor de los casos, también cómo hacerlo)

¿Qué pasa cuando, de repente, no se tiene a nadie que nos diga qué hacer y obedecer a cambio de dinero?

A algunos esa sensación les puede parecer agobiante.

Muchos empleados estarían dispuestos a sacrificar parte de su salario por mayor tiempo para ellos, o sus familias (ya hablamos de la conciliación), pero no siempre el mercado laboral está dispuesto a someterse a nuestros deseos. Más bien está construido, hoy, para lo contrario.

¿Qué pasa entonces si somos 'nominoinómanos'? Que si nos quitaran esa única fuente de ingresos ('no te vamos a renovar', 'tenemos que prescindir de tu puesto', etc.), los gastos pendientes (facturas, recibos, letras... que no esperan) podrían complicarnos la vida muy mucho.

A pesar de lo lúgubre del escenario, tengo la absoluta certeza de que todos tenemos un gen emprendedor.

1º Porque desde bastante antes de la Revolución Industrial tirábamos de lo que producíamos nosotros mismos (una forma de 'emprendeduría'): fuera mediante trueque, para consumo propio o para venderlo en el mercado.

2º Porque cada una (repito: cada una) de las cosas que hemos c-o-n-s-e-g-u-i-d-o en nuestras vidas nos han traído a nuestro 'yo' actual. Y para conseguir cosas (aprobar, pasar entrevistas, ahorrar para un viaje, declarar nuestra atracción por alguien, etc.) hay un componente básico del emprendedor: la Iniciativa. Sin esa Iniciativa, ni siquiera nos hubiéramos levantado de la cuna para aprender a caminar y explorar nuestro entorno.

3º Porque si tú te dices que tienes esa vena emprendedora, nadie podrá decirte que no vas a poder conseguir materializar tus objetivos. (¿Acaso te importa tanto lo que te digan los mediocres?)

Eso sí: con cabeza.

Si eres de naturaleza lanzado (o te lo puedes/quieres permitir), entonces adelante con ello. Tengo la certeza de que acabarás llegando donde quieras llegar, antes o después.

Ahora bien, si eres conservador o te gusta ir paso a paso, tal vez quieras otro enfoque de tiempos. Considera invertir tu mejor activo con el menor riesgo: aprovecha, busca, expande como sea tu tiempo libre mientras estás en la nómina de otra empresa. Nada de 'calentar silla'. Nada de reuniones eternas. Nada de quedarte más allá de tu horario (si has terminado lo que tenías que hacer). Nada de televisión absurda por la noche o el fin de semana. Nada de permitir que te roben otros tu precioso tiempo.

E invierte ese tiempo libre-útil para 'tontear' con ideas, experimentar conceptos nuevos, buscar información, establecer contactos... para precisamente esa idea emprendedora que lleva rondándote la cabeza.

Sí: esa.

No hace falta que conlleve construir hectáreas de un complejo industrial, con factorías, chimeneas y máquinas de fichar. Es frecuente esa sensación de 'uf, qué pereza ponerme a montar algo'. Si vas a montar ese super-complejo, perfecto, ve poco a poco: busca tu gente, tu idea, la financiación.

O, por qué no, mira qué puedes hacer con menos recursos: desde casa, en tu salón, con un móvil, una conexión rápida a Internet, una cuenta de email. ¿Qué servicio puedes aportar en tu tiempo libre?

Juega y experimenta. Prueba a ver qué pasa.

¿Qué sale mal? No pierdes absolutamente n-a-d-a. Ya solo te quedan 9 intentos de media para hacerte rico. Y sigues teniendo esa nómina de otro mientras tanto.

¿Que sale bien? Perfecto. Estarás más protegido ante los rigores y vaivenes del mercado de trabajo. Tendrás, al menos, dos fuentes de ingresos diferentes para vivir mejor con menor riesgo.

Pero, ¿y si encima te sale de p**a madre?

___________

No le des muchas vueltas.

Hay muchas cosas aún por hacer en este planeta... y mucha gente dispuesta a pagar por que se las sirvas.

3 comentarios:

  1. Hola, no solo creo en lo que dices sino que estoy en ello. Lo cierto es que es jodido porque absolutamente todo parece ir en direccion contraria, pero la ilusion esta, y eso, no tiene precio.

    Respecto a lo que planteas sobre el mercado laboral, es cierto, a nivel individual y tenemos que asumirlo, pero a nivel colectivo, pensar que tenemos un problema.

    Personalmente focalizo el problema en que estamos ante un mercado español endogamico, aislados geografica y liguisticamente del resto del continente, y nuestro mercado se remite a nuestra ciudad, provincia y a lo sumo pais. En consecuencia no competimos en calidad. Si te vas a inglaterra, necesitan competir, y pagan los mejores talentos para ello. En cambio, en España, los negocios se hacen boca oreja y por contactos lo cual da poco o nada espacio al talento. Al contrario, es casi contraproducente. Hemos llegado a un punto, en que la gente no parece querer captar conocimiento, sino desprenderse de el.

    Por otro lado la cultura del gratis total y la intervencion de los sucesivos gobiernos evidentemente coartan o expulsan a la iniciativa privada que es la unica con capacidad de crecer y generar. Lo publico es lo comido por lo servido.

    Uno y otro conforman una espiral descendente, en que los efectos negativos se realimentan, y en la que las cosas solo pueden ir a peor. Por ejemplo, el no competir hace que a la cabeza de las empresas tengamos gente sin talento, que no solo no genera, sino que desmotiva, y esto realimenta lo anterior.

    La solucion creo que pasa por competir fuera, y para ello viajar y emprender, y tambien reducir las coberturas sociales que den espacio a iniciativas privadas.

    Pero esto no es gratuito y no lo vamos a hacer salvo que lo necesitemos, por lo que creo que, españa, para entrar en una dinamica mas positiva necesita tener problemas de verdad que remuevan las conciencias. No se que opinais pero, creo que estamos en ese camino.

    Respecto de la conciliacion, mi vision es que, como muchas cosas conmunmente extendidas, parte de un error. Y es pensar en ese maldito trabajo de 8 a 5. Es maldito porque no es vocacional y deberia hablarse mas un desarrollo profesional que un trabajo con todas las connotaciones negativas.

    Creo que tenemos un mercado laboral absolutamente viciado y degenerado y no me parece sostenible. El tiempo lo dira.

    Adolfo.

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  2. hola estoy totalmente de acuerdo con lo que dices.yo tenia un trabajo que se dice normal,es decir contrato laboral,pero senpre quise alcanzar la tan ansiada libertad financiera asique me puse a vender a tienpo parcial sin dejar mi trabajo de sienpre hasta que los ingresos como comercial a tienpo parcial(2horas)superaron los de mi trabajo de 8h diarias de toda la vida, de modo que me lance. deje mi trabajo fijo de toda la vida y me puse de comercial con contrato mercantil a jornada completa.la familia se me echo encima dios mio la que monte,vaya follon se preparo.no entiendo porque le dan tanta importancia al contrato laboral indefinido,y porque rechazan al comercial que esta con contrato mercantil,si al fin y al cavo todo asalariado depende de los clientes que consiga su empresa.si los comerciales de su empresa no venden,la empresa se va al garete,y el asalariado a la calle.yo por lo menos dependo de mi mismo. mientras venda nunca me faltaran ingresos y si quiero ganar mas ...vendo mas.Ahora (me dedico a los seguros)salgo a la calle hago mi poliza del dia y me voy para casa,si segir horarios,si tengo algo que hacer lo hago,sin tener que pedir permiso a nadie.csi nunca llego a trabajar mas de 5 horas y gano mas que la media de cualquier asalariado.¡VIVO COMO UN MARQUES!.

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  3. Desde hace tres años siempre me ha rondado la cabeza poner algo en paralelo, pero perder la protección del subsidio de desempleo -del empleo actual- siempre me ha echado atrás la idea.

    Siempre pensé que no perder el subsidio sería útil para poder aguantar financieramente ese primer año.

    Pero cada día veo más de que se trata de un error.

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