martes, 13 de septiembre de 2011

Vuelta atrás

Es llamativo el proceso por el que a veces nos obcecamos en decisiones 'todo o nada'.

Tememos el error de equivocarnos: si tomo el camino a) y (si es mi percepción que) me equivoco, ya no podré tomar el camino b).

Y en efecto, es así, pues ese cruce de caminos se encuentra en ese momento en ese tiempo... por tanto dejándolo atrás en el mismo momento de tomar una decisión - toda decisión activa incluye la elección pasiva de abandonar las otras vías. Madrugo para ir a trabajar porque cada amanecer decido no ser mi propio jefe. Decido no ser mi jefe porque madrugo para sudarme mi dosis mensual de nómina.

Sin embargo, es la confianza en nuestra capacidad de generar nuevos cruces de caminos en el futuro cuando sea necesario o nuevas disyuntivas para escoger, lo que nos guía por terreno inexplorado.

Sí: hablo de fe. Si creen en algo externo, llámenlo divinidad, universo, vida, como deseen y conciban. Si confía en sus propias opciones, hablo de autoconcepto, autoconfianza, autoestima.

Qué más da cómo lo enuncien. La cosa es que les funcione.

No lo duden: tengan la certeza de que cuando el río aparezca, podrán construir el puente que necesiten.

Mientras tanto, dejen de preocuparse.

No hay comentarios:

Publicar un comentario